«¿Se aburre usted? Es porque quiere»
En el Madrid de 1936 existió (¿o quizás no?) una empresa que suministraba a sus client✦s un poco de fantasía, de emoción, de calor de aventura.
En el Madrid de 1936 existió (¿o quizás no?) una empresa que suministraba a sus client✦s un poco de fantasía, de emoción, de calor de aventura.
“Cuando las salas están desiertas, las copistas trabajan libremente y aprovechan bien el tiempo… Pero luego llegarán los visitantes, que se acercan al caballete para examinar la copia y comentar la labor, poniendo a prueba los nervios de la gentil muchacha que aquí vemos”.
“Las mujeres han intervenido en la contienda electoral con el entusiasmo acostumbrado en ellas, siendo muchas las que han llevado a sus maridos a los colegios electorales para que emitan sus sufragios”.
Serio, con el aire de un viejo filósofo, por las calles estrechas e inundadas de sol del pueblecito extremeño discurre un romano.
Si no lo viéramos no lo podríamos creer, ese endemoniado artilugio, que es conocido con el nombre de motocicleta, está mereciendo la predilección de las mujeres.
Veterinarias en los años 30, envueltas en batas blancas y con guantes de goma, con una destreza y una gracia como no tienen ustedes idea.
A la luz del farol algunas sombras mal educadas se alargaban por las paredes, adquirían dimensiones de “Caballero Audaz” y desaparecían dibujando círculos.